Creo que lo de no encajar suele ser mayor preocupación en la adolescencia, sobre todo. Luego algunas como yo crecen y ya ni le ven sentido a querer llevar cierto uniforme a toda costa. Interesante tu texto.
Precioso texto. Creo que todas las mujeres nos hemos sentido así en algún momento. No es que no encajemos, sino que no nos dejan encajar donde queremos. Y desde pequeñas nos meten el molde.
Aquí una niña que no le dejaron jugar a fútbol y luego se sintió perdida.
¿Y si en lugar de pensar que no encajamos, pensamos en hacer nuestro propio hueco, nuestro espacio?
Cuando te leo no percibo a esa mujer llena de dudas, más bien todo lo contrario. Y es que ser distinto a los demás es lo mejor del mundo, Isabel. Cuando todos vamos como borregos hacia lo mismo, cuando incluso entre nosotras vamos vestidas de la misma forma, pareciera que nos han lavado el cerebro para ser así.
Sí, es verdad, a veces te preguntas si estás en el lugar correcto. Pero creo que no hay espacio más placentero y satisfactorio que nuestro interior y estar feliz con el.
Muy buena reflexión que todos de una u otra forma hemos hecho. Es curiosa la actitud de cada uno ante ese no-encaje. Supongo que lo más habitual es lo que hacemos muchos...cambiar de escenario, pero me llama la atención al pensar un poco en ello y visualizar alguna persona conocida, como hay gente capaz de transformar su entorno para que sea éste el que encaja con ell@s. Por supuesto que no me parecen ni mejores ni peores pero esa diferencia es una más de las que nos hace únicos...como tú!.
Hola Isabel! Me representa lo que cuentas. Encajar no es fácil para algunas personas. Quizá no lo sea para nadie, lo que pasa es que tal vez aquellas que se han amoldado más a lo que nuestra sociedad valora aparentemente se topan con menos obstáculos e incomodidades, pero quizá al precio de estar bloqueando partes de sí mismas que se salen de lo convencional. Quizá en esa mujer perfectamente maquillada y que viste traje chaqueta haya dentro una chica que quiere dar brincos por la calle y subirse a los columpios (dentro de mí la hay, por lo menos). Lo mejor que puedes hacer es no encajar siendo tú misma, brillando con tu propia luz. Puede que para algunos tu luz resulte deslumbrante y les incomode y te intenten apagar, pero esos serán los menos, y aún a estos el valor de otros de brillar les hará plantearse por qué ellos no lo hacen tambien. Tu luz será contagiosa. Así que no encajes, sal del molde, yérguete poderosa... Esa es la mejor invitación a que otros también lo hagan. Un abrazo! 💙 M.
Qué bonito Marta. Te veo brillar con tu propia esencia. Mil gracias por leer y por comentar. Soportemos la incomodidad del no encajar si así somos más fieles a nosotras mismas.
Creo que lo de no encajar suele ser mayor preocupación en la adolescencia, sobre todo. Luego algunas como yo crecen y ya ni le ven sentido a querer llevar cierto uniforme a toda costa. Interesante tu texto.
Buen aprendizaje Estefanía. Gracias por comentar
Precioso texto. Creo que todas las mujeres nos hemos sentido así en algún momento. No es que no encajemos, sino que no nos dejan encajar donde queremos. Y desde pequeñas nos meten el molde.
Aquí una niña que no le dejaron jugar a fútbol y luego se sintió perdida.
Gracias, Marta. Espero que con el tiempo hayas recuperado de nuevo tu lugar.
Gracias por comentar. ¡Bienvenida!
Buenísimo Isabel. Enhorabuena.
Yo tb. me he sentido q no encajaba en algunos sitios. Con el paso del tiempo solo puedo decir, ¡Menos mal!
Un abrazo
Jajajaj También es una buena reflexión. Mil gracias. Un abrazo!!
¿Y si en lugar de pensar que no encajamos, pensamos en hacer nuestro propio hueco, nuestro espacio?
Cuando te leo no percibo a esa mujer llena de dudas, más bien todo lo contrario. Y es que ser distinto a los demás es lo mejor del mundo, Isabel. Cuando todos vamos como borregos hacia lo mismo, cuando incluso entre nosotras vamos vestidas de la misma forma, pareciera que nos han lavado el cerebro para ser así.
Sí, es verdad, a veces te preguntas si estás en el lugar correcto. Pero creo que no hay espacio más placentero y satisfactorio que nuestro interior y estar feliz con el.
Un abrazo grande.
Me gusta leerte.
Gracias Elisa.
Lo ideal, como dices, es conseguir tu propio espacio. Ser tú misma y no tener la sensación de que tienes que esconderte o fingir.
Gracias por leer y por comentar.
Muy buena reflexión que todos de una u otra forma hemos hecho. Es curiosa la actitud de cada uno ante ese no-encaje. Supongo que lo más habitual es lo que hacemos muchos...cambiar de escenario, pero me llama la atención al pensar un poco en ello y visualizar alguna persona conocida, como hay gente capaz de transformar su entorno para que sea éste el que encaja con ell@s. Por supuesto que no me parecen ni mejores ni peores pero esa diferencia es una más de las que nos hace únicos...como tú!.
Jajaja Ya me contarás en quién estás pensando. Gracias por comentar.
En cuanto he pensado en esto se me ha aparecido una mujer muy empoderada gallega
Hola Isabel! Me representa lo que cuentas. Encajar no es fácil para algunas personas. Quizá no lo sea para nadie, lo que pasa es que tal vez aquellas que se han amoldado más a lo que nuestra sociedad valora aparentemente se topan con menos obstáculos e incomodidades, pero quizá al precio de estar bloqueando partes de sí mismas que se salen de lo convencional. Quizá en esa mujer perfectamente maquillada y que viste traje chaqueta haya dentro una chica que quiere dar brincos por la calle y subirse a los columpios (dentro de mí la hay, por lo menos). Lo mejor que puedes hacer es no encajar siendo tú misma, brillando con tu propia luz. Puede que para algunos tu luz resulte deslumbrante y les incomode y te intenten apagar, pero esos serán los menos, y aún a estos el valor de otros de brillar les hará plantearse por qué ellos no lo hacen tambien. Tu luz será contagiosa. Así que no encajes, sal del molde, yérguete poderosa... Esa es la mejor invitación a que otros también lo hagan. Un abrazo! 💙 M.
Qué bonito Marta. Te veo brillar con tu propia esencia. Mil gracias por leer y por comentar. Soportemos la incomodidad del no encajar si así somos más fieles a nosotras mismas.
Un abrazo.