He escuchado por pura casualidad un podcast llamado Meraki. Da pinceladas sobre vidas extraordinarias. De la mano de Nuria Pérez y producido por la editorial Alma.
No sé por qué he llegado hasta él. Reconozco que no soy muy de podcast. El ruido de mi mente suele apaciguarse con la música pero choca inevitablemente con esas palabras, esas otras frases que intentan contarme algo y que necesitan de mi atención para que entienda.
En esta ocasión, la historia sobre una fotógrafa del siglo XIX, Julia Cameron, ha captado mi atención hasta el punto de silenciar mi mente respondona.
Vayamos por partes. Meraki es una palabra griega de origen turco que significa hacer cosas con pasión y dejarte el alma en ello. Según leo, más que una palabra, Meraki es un concepto, una filosofía de vida, que se puede aplicar a las cosas más cotidianas. Meraki significa poner el alma, el corazón y el amor en todo lo que haces.
En el episodio que os comparto, Nuria Pérez nos habla de la figura de Julia Cameron, una mujer nacida en India en 1815 que rompió los moldes que su época le imponía y dedicó su vida a captar la belleza.
Me emociona pensar en esas personas que tienen un objetivo claro, tan básico, tan complejo. Y que se mantienen fieles a sí mismas. Personas que siguen persiguiendo su objetivo a pesar de la incomprensión de las personas que las rodean. Que superan obstáculos para lograr lo que se proponen.
Me llama poderosamente la atención que alguien destaque por algo inesperado, por una pasión que le mueve más allá de las convenciones sociales de su época.
Personas que no son seguidoras, sino líderes.
Personas que abren caminos, que rompen fronteras, que superan límites.
Para los que sabéis de fotografía, seguramente conocéis a esta fotógrafa cuyos retratos siguen fascinando en la actualidad.
Tal como relata Nuria en su podcast, Julia Cameron era una mujer educada y culta, amiga de los más importantes poetas, escritores y artistas de su tiempo, dama de sociedad casada con un importante jurista, mitad inglesa y mitad francesa. Una mujer algo excéntrica que a lo largo de su vida pasa estancias en Francia, Inglaterra, Sudáfrica, Ceilán e India.
En una de sus cartas, un viejo amigo, el astrónomo John Herschel, le habla de las pruebas que está haciendo un amigo para fijar la luz con químicos. Unas pruebas a las que él sugiere llamar fotografía*.
En la Navidad de 1863, uno de los yernos de Julia le regala una cámara fotográfica para que ocupe los largos espacios de tiempo en que su marido está de viaje. Tiene 48 años y descubre por fin su gran pasión, el medio a través del cual dará rienda suelta a su creatividad.
Cuando descubrió la fotografía se dedicó a ella con pasión, logrando en poco tiempo dominar una técnica compleja (tengamos en cuenta que las cámaras no eran como las de ahora). A través de la fotografía, Julia fue capaz de captar el alma de las personas. Con retratos a veces borrosos, otras etéreos, que no siempre fueron comprendidos o valorados.
La figura de Julia Cameron me ha recordado a la admiración que me despertó la figura de Mariano Fortuny y Madrazo, un artista español nacido en Granada en 1871. Movido por sus inquietudes artísticas desde joven, Fortuny viajó por toda Europa a la búsqueda de artistas que admiraba.
Su talento abarcó también la investigación en diferentes campos, como la pintura, la fotografía, la escultura, la arquitectura, la escenografía o las técnicas de iluminación para artes escénicas.
Expuso sus cuadros en Londres, París, Milán y Barcelona. Fortuny reflejó en sus obras el estilo del modernismo y su espíritu ecléctico. Colaboró en los vestuarios y escenografías del teatro de la Scala de Milán, para obras como Tristán e Isolda, La valquiria o La vida breve. Son especialmente importantes sus creaciones en el mundo de la moda.
Su legado fue donado a Venecia y está expuesto en el Palacio Fortuny; un lugar que vale la pena visitar.
Mentes inquietas, creativas, que miraron más allá, que trascendieron su propio presente. Personas que pusieron pasión en aquello en lo que creían, que dieron vida a la creatividad y a las inquietudes que rondaban en su mente.
Almas que consiguieron transmitir y compartir su legado, su creatividad, su manera de ver el mundo y, sobre todo, personas que fueron capaces de captar y transmitir la belleza.
*John Frederick William Herschel (1792-1871) fue un matemático y astrónomo británico. Acuñó los términos «fotografía», «negativo», «positivo» y descubrió el uso del tiosulfato de sodio como fijador de las sales de plata.
Fuentes:
https://oscarenfotos.com/2013/09/21/julia-margaret-cameron-fotografa-visionaria/
Podcast: Un profundo objetivo. Nuria Pérez.
Pd: Hace un año viajaba a Venecia en familia.
Con ese miedo a que la conexión con un lugar que te ha encantado no se volviera a repetir.
No solo se repitió el idilio sino que Venecia me hizo sentir emociones muy especiales durante nuestra estancia. Hoy he saboreado el recuerdo al volver a mirar las fotos.
El siguiente texto nació de ese viaje. Por si eres nuevo o nueva por aquí y quieres leerlo.
Preciosa esa fotografía. Gracias por compartir un tema tan interesante.
Leerte, Isabel me ha ayudado a no perder la esperanza. A tener fe de que las cosas son posibles si pones lo mejor de ti. Tenía ese término cerca, lo conocía, pero en el estrés diario a veces se olvida.
Gracias.
Un abrazo