Ser tú misma, una apuesta segura
Ser lo que los demás esperan de ti es un objetivo inalcanzable
Hace un par de días asistí a un taller de crecimiento personal para poner atención e intención en el inicio de este año 2024 que comienza en unas horas. Un taller interesante en el que nos congregamos nada más y nada menos que 400 personas.
Me impactó el número de personas. Me impactó la entrega durante el taller -online- y me impactó la cantidad de almas que andamos buscando algo: una guía, un soporte, satisfacer la curiosidad tal vez, seguir aprendiendo quizás. Lo que sea.
También pude comprobar que uno de los grandes problemas de muchas personas es la falta de aceptación de sí mismas, el andar mostrando una versión de su persona que existe solo en su mente, que intenta emular lo que creen que los demás esperan de ellas.
Si te paras a pensarlo con detenimiento, es un objetivo inalcanzable. Nadie nos ha escrito en un papel con pelos y señales cómo debemos ser. Cuando llegamos a este mundo no hay instrucciones claras sobre qué se espera de nosotros, qué debemos sentir, cómo debemos responder.
No es posible saber lo que cada uno espera de nuestra persona. No tenemos capacidad para satisfacer los deseos de los demás. No esperarán lo mismo de nosotras en el trabajo que en casa, no nos demandarán los mismo nuestros hijos que nuestras amistades o nuestra jefa.
Ante tal caos, ante tal diversidad de demandas, es imposible acertar.
La única arma que tenemos, la más infalible, la más certera, es ser nosotras y nosotros mismos.
Lanzarnos a la piscina, probar a ser auténticas y ver qué pasa. Quizás te sorprenda que no ocurre nada, que no se acaba el mundo, que no obtienes rechazo. Posiblemente te asombre que te aceptan tal y como eres, que no hay tanta diferencia entre lo que creías que los demás esperaban y lo que eres; que no era necesario jugar ese papel que has sentido como una coraza durante años.
Y, lo más importante, tal vez te des cuenta de que te vas sintiendo mejor y el peso que sostienen tus hombros se aligera poco a poco.
A veces, en esa búsqueda esquizofrénica es posible que te hayas perdido. Quizás no recuerdes qué te hacía vibrar, qué te hacía ilusión, qué es lo que realmente te apasiona… Porque lo has estado escondiendo, lo has postergado. Y es que, cuando intentas vivir la vida con la casaca de otra persona, te desconectas de ella.
Aquí el pasado nos puede dar la clave. Podemos rebuscar en él qué nos hacía vibrar, que nos hacía sentir bien. Y estirar del hilo para recuperarlo.
Desde hace un tiempo no me gusta demasiado hacer balance ni lista de propósitos. Lo hago pero con reparo, como bajito, por si no los cumplo. Si tuviera que destacar alguno, mencionaría la voluntad de apostar por aquellas cosas que me hacen ilusión, aquellas que me hacen reír, aquellas que me hacen crecer, aquellas que me tocan la patata.
En cuanto a los deseos, creo que un buen deseo es que seas tú misma y tú mismo en este 2024.
Que centres tu atención y tu intención en las que cosas que verdaderamente te importan, en aquello que te hace crecer y te aporta bienestar.
Que rasques un poco dentro de ti para identificar eso que te hace sentir felicidad, eso que te ilusiona. Y apuestes por ello.
Y que te quieras un poco más y seas tú misma.
Esa es, sin duda, una apuesta segura.
Feliz comienzo de año.
PD. Una de las tradiciones que me gusta cumplir es terminar el año haciendo cosas que me gustan. Es mi manera de marcar un camino que quiero seguir en el año que comienza. Quedar con personas que quiero, pasear la San Silvestre entre risas…
Y tú, ¿tienes alguna tradición en estas fechas?
Ser nosotros mismos, y hacerlo bien.
A partir de ahí, seguro que todo será más fácil y gratificante.
Feliz 2024, Isabel.
Isabel! Feliz año nuevo! Estos días voy con retraso. Recién leo tu publicación. Gracias. Me ha gustado mucho y ha llegado en un momento muy oportuno. Ser una misma sin fijarse mucho en cómo es el otro, sino tratando de hacer aquello que nos define.
Espero poder cumplir ese propósito este año.
Te mando un abrazo.