Se me olvidó
Que la vida son momentos, compartidos muchos, vividos haciendo cosas que te apasionan
Energía electrizante en el ambiente, silencios contenidos, aplausos, tensión, sudor, competición, esfuerzo, disciplina..
Cuando era pequeña lo tenía clarísimo. Quería ser deportista.
Primero fue la gimnasia artística. Soñaba con agarrarme a las paralelas, saltar el plinto, dar volteretas en la disciplina de suelo…. Con la barra de equilibrio no lo tenía yo tan claro.
Mi padre alimentaba mi sueño y yo, tontaina, lloraba por las noches imaginando que me iba a un internado a entrenar y me separaban de mi familia. Estuve mucho tiempo preparándome para una situación que nunca se produjo. Aunque, echando ahora la vista atrás, os puedo asegurar que lo soñé y lo deseé tan fuerte que es como si lo hubiera vivido.
Después de la gimnasia, -que jamás practiqué más allá de hacer piruetas en casa y por mi cuenta - vinieron deportes como el judo, la natación, el baloncesto, el tenis. Tenía facilidad para ello y me gustaba. El deporte siempre me hizo sentir bien. Me hacía sentir en casa.
Sobresalía en los deportes pero no destacaba lo suficiente en ninguno. O empecé tarde. Quién sabe. Tal vez de haber escogido ese camino, el futuro me reservaba un destino lleno de lesiones. Eso, como tantas otras cosas, nunca lo sabré. El caso es que no fui deportista profesional.
El primer partido de tenis que vi -dato que aporta información sobre mi edad - fue una final entre McEnroe e Iván Lendl, allá por el pleistoceno. A partir de ese momento disfruté con el tenis como una enana. Y volví a soñar. Eran los tiempos de Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal. Luego vinieron Steffi Graf y Arantxa Sánchez Vicario, Pete Sampras, André Agassi, Courier… Era como una grupi en toda regla, pero del tenis.
Tenía tan presente el deporte y lo que me hacía sentir, que influyó en mi decisión de estudiar periodismo. ¿Que no tiene sentido? Bueno, depende. Me debatía entre psicología y periodismo. Al final, pesó más el hecho de contar lo que hacían otros deportistas a los que yo admiraba. Contar lo que hacían, estar cerca.
El tiempo pasó y con él los sueños. El deporte estuvo presente a nivel laboral en torneos de tenis principalmente donde tuve la oportunidad de ver y conocer a esas leyendas que yo admiraba. También grandes premios de motociclismo, Fórmula 1, incluso atletismo. (Tengo que decir que pronto desistí de dedicarme al periodismo deportivo por estar centrado en el omipresente fútbol, pero hacía colaboraciones en temas deportivos.)
El caso es que con ese sueño perpetuo de ser alguien, de destacar, de ser profesional, se me olvidó.
Se me olvidó que se puede hacer deporte por puro placer. Se me olvidó que no hay edad para practicar algo que te gusta y te hace sentir bien. Se me olvidó que la vida son momentos, compartidos muchos, vividos haciendo cosas que te apasionan y que la pasión no está ligada necesariamente al éxito de algo.
Supongo que tiene algo que ver con la diferencia entre la niñez y la edad adulta. Cuando eres niña o niño, no te planteas el por qué o el para qué. No buscas un objetivo, un plan. Juegas, lees, haces, porque te gusta. Sin más.
En mi caso, aunque racionalmente tengo claro el asunto, me cuesta dar cabida a la opción del solo y puro placer por hacer algo, sin otro objetivo.
Me cuesta, por extensión, que ese sea el objetivo de alguna afición de mis hijas. Si no van a ser concertistas, para qué tocar el piano; si no se van a dedicar al baile, para qué practicarlo; si no van a destacar en baloncesto o en tenis… para qué. Quizás es una nueva necesidad de controlar lo incontrolable, de saber. Quién sabe.
Estoy en proceso, trabajando en ello y peleándome conmigo misma pero, como digo, se me olvidó.
Intentaré recordarlo.
También hubo futbol 🥰
Tomo nota: practicar deporte por puro placer es un gustazo y la pasión por algo no va ligada al éxito, sino al disfrute de la actividad y más si es compartida. Gracias por la reflexión , Isabel 😘 … y me apunto a esos saltos en la cama elástica, que será lo más parecido a la gimnasia artística que haremos a estas alturas…🤪