La ilusión mueve el mundo. ¿O era el amor?
Hace un par de semanas asistí a un acto de homenaje a un empresario. No es que hubiera muerto -como suele ser habitual-, sino más bien un reconocimiento a una trayectoria y a una apuesta personal por su empresa.
Aparte de los elogios múltiples, que hasta me parecieron excesivos y despertaron rubor en mí, me impactó la ilusión y la pasión que esta persona mostraba por su trabajo. No os imaginéis a un señor de 70 años, sino más bien a una persona de mi edad que había construido un proyecto.
Me pareció incluso sensual cómo esa persona emanaba ilusión por cada poro de su piel y me hizo reflexionar sobre lo afortunado que era en su día a día y sobre el efecto que producía a su alrededor. Porque la pasión es contagiosa, la pasión arrastra a los que están a tu alrededor. El amor por lo que haces puede crear incluso una burbuja en torno a esa persona y su círculo.
—La ilusión no se come —dijo ella.
—No se come, pero alimenta —replicó el coronel.Gabriel García Márquez (1927-2014) Escritor colombiano.
La otra noche, a raíz de un comentario durante una cena, una amiga me preguntó cómo se sale del luto cuando has perdido a alguien. E improvisé respondiendo que de pronto ves crecer una pequeña ilusión en tu pecho, como una florecilla en medio de una espesa niebla. Igual no se lo dije así, tan poético, pero la cuestión es que la ilusión nos debe acompañar en algún aspecto de nuestra vida. Parece muy obvio y de una simplicidad aplastante, pero no lo es. Porque muchas veces se nos olvida.
Creo que muchas personas nos anestesiamos para no sufrir y vamos por la vida sintiendo lo mínimo. Y en ese no querer sufrir nos perdemos la oportunidad de sentir pasión por algo. No tienen por qué ser grandes proyectos. Puede ser la pasión por la gastronomía, por un deporte, por crear cosas bonitas de distintas maneras. Por viajar y conocer otros lugares. Por vivir intensamente una sencilla afición.
Una ilusión y una pasión que hacen que la vida sea más ligera, que atrapan tus pensamientos en la noche esperando que llegue el día siguiente. Como esa persona que está ideando un plato y repasa mentalmente la compra que hará al día siguiente, o esa otra que va a crear un tocado y visualiza cada paso, o todas esas personas que se preparan para superar un reto y sienten la emoción de atreverse a conseguirlo.
Ilusiones que nos hacen bajarnos de la rueda de hamster en la que muchas veces estamos instalados e instaladas y nos hacen despertar.
Y a ti, ¿qué te hace ilusión?