Ha llegado la Navidad. Un año más. Y nos ha pillado a muchos con el cuerpo acartonado, la mente vacía de sorpresas y regalos y el estómago indispuesto.
Ha llegado el tiempo de felicitar aunque no lo tengamos preparado. El tiempo de los buenos deseos. De esas lucecillas que llenan nuestras calles y deseamos sentir en el corazón. Tiempo también de ausencias. De sillas vacías en noches especiales.
Ha llegado la Navidad y con ella ese tiempo en que el cuerpo nos pide hacer recuento. Un balance en el que podemos sentirnos agradecidos por las personas que nos acompañan, por los amigos que nos hacen sentir especiales. Por las personas que son mare y son refugio.
Agradecidos y satisfechos por lo conseguido. Por esas pequeñas grandes metas que hemos superado a lo largo del año.
Es tiempo también de pensar y visualizar cómo queremos que sea nuestra vida durante los próximos meses. Qué vamos a hacer para incorporar pequeños elementos que nos lleven allí donde queremos estar; que nos hagan ser un poco más nosotros. Más auténticos. Más livianos también.
No quería dejar pasar la oportunidad de desearos a todas y a todos una muy Feliz Navidad.
Pd. Ya, ya sé que dije que no iba a escribir. Pero no quería dejar de felicitaros. Aunque la Navidad haya llegado a destiempo y me haya pillado sin los deberes hechos.
No sé si alguna vez es diferente. Pero este año tengo la sensación de que me ha atropellado.
Me adaptaré al ritmo y la disfrutaré igualmente.
Porque esta Navidad, este momento, no se va a repetir.
Feliz Navidad 😘
🤣🤣🤣 Felices de que escribas aunque hayas dicho que no lo harías! 🤗🤗
Feliz Navidad, Isabel!
Un abrazo