La otra noche estaba sola con las niñas. Busqué recomendaciones de comedias románticas para evitar que ellas vieran la misma película por enésima vez y poder pasar un rato juntas.
Elegí finalmente About time, de Richard Curtis; una película estrenada en el año 2013 que nos habla de los hombres de una familia, padre e hijo, con la capacidad de viajar en el tiempo para cambiar el pasado y mejorar su futuro.
Aparentemente facilona y sencilla, la película me hizo reflexionar acerca de lo que es importante en la vida y sobre qué momentos se quedan atrapados para siempre en nuestro cuerpo y en nuestra memoria.
La película me impactó porque llega un momento en que padre e hijo deben decidir cuál será el último momento que revivan de su pasado en común. ¿Sabéis cuál es su elección? No lo voy a desvelar para no estropearos la película pero puedo decir que ambos seleccionan instantes en que los dos están presentes; momentos cotidianos, sin grandes trajes, sin grandes celebraciones.
Y es que el corazón manda. Y entiende poco de etiqueta.
El corazón no elige aquella tarde en que les hicieron un regalo, en que celebraron un cumpleaños, o un ascenso o alguna otra fecha señalada. Ambos, padre e hijo, seleccionan un instante sencillo, de esos que están presentes en cualquier vida. De esas ocasiones que cualquiera de nosotros puede reconocer como propia. Una escena auténtica, sin artificios, tan sencilla como común.
Me impactó y me emocionó. Porque parece que nos esforzamos en buscar grandes homenajes, enormes impactos, gestos que nos hagan destacar por lo rocambolesco, lo trabajado o lo excepcional. Y luego, a la hora de la verdad, nada de esto es necesario.
También me hizo preguntarme qué acciones de nuestra rutina diaria pasarían ese filtro. Cosas sencillas que te hacen sentir bien y querrías volver a vivir.
Porque a la hora de condensar una vida, nos aferramos a pequeños instantes que, cuando los miras con perspectiva, parecen pendidos de un hilo, esperando a ser recordados. Momentos que has compartido con las personas que quieres. Situaciones cargadas de risas, de charlas, de confidencias, de un silencio cómplice. O memorables solo por la compañía.
Me pregunto qué instante recuperaría mi memoria. Y en contra de la nostalgia que últimamente me invade, quiero pensar que estamos a tiempo de seguir creando momentos especiales. Que lo importante es el ahora. Que quizás ese momento que pagarías por revivir no ha llegado todavía. Y que quizás tú formes parte del que elija otra persona.
¿Qué momento exacto elegiría yo si pudiera? Es una de esas preguntas en las que no me suelo detener porque me pellizca. Aunque seguro que mi cuerpo sabría la respuesta.
Y tú, ¿cuál elegirías?
Pd. Feliz semana.
Y gracias por estar al otro lado.
Las personas que reciben estas cartas siguen creciendo. Me ruborizo un poco cada vez que veo una nueva suscripción. Bienvenidos y bienvenidas.
Muchos de vosotros os asomáis por aquí gracias a personas que me recomiendan. Mil gracias por apoyarme. Cualquier mensaje en este sentido se queda corto.
Gracias de nuevo.
Gracias a ti, Isabel!! Leerte es pausar el tiempo para reflexionar, buscar calma, meditar. Yo también sé que momento elegiría sin dudarlo, pero vivo con la ilusión de un reencuentro y un abrazo.
Gracias Isabel!
Excelente película es una de mis favoritas, tiene muy buenos mensajes y como dices te hace reflexionar muchas cosas y momentos importantes que pueden ser algo tan cotidiano. Otra cosa que me gustó mucho de la película fue como poder tener la capacidad de regresar a rescatar cosas que se te pasaron desapercibidas y en muchas casos mejorar la situación. Saludos 😊